jueves, 24 de noviembre de 2011

Los micros de Elena

La cita
Eran las cuatro menos cuarto cuando se metió en la ducha, a las cuatro en punto ya estaba duchada. ¿Que debía ponerse? Quizás la blusa blanca… ¿O mejor un vestido? Eran las cuatro y media y todavía no se había decidido. Finalmente, cogió uno de los vestidos que tan bien le quedaban y se maquilló un poco. A las cinco menos veinticinco partió hasta su destino, debía estar allí a las cinco. A las cinco menos cuarto se paró en un quiosco, no le quedaban cigarrillos. Se le hacía tarde, eran las cinco menos siete minutos y aún le quedaba un buen trecho. Las cinco y cinco, llega a su destino pero él no está allí…
Metamorfosis
Una señora va a la farmacia y compra un cepillo de dientes nuevo y se lo pone en el bolso. Dos meses después, se da cuenta de que ya está bastante usado y que es hora de comprar otro. Pero ya no es el mismo cepillo de dientes, ahora es un trozo de plástico e inútil. Apenas queda solo en el baño el trozo de plástico putrefacto e inútil se convierte en un útil utensilio de pintura para Marta, una chica de 12 años. Hora después lo deja por la cocina tirado, y vuelve a convertirse en un trozo de plástico putrefacto e inútil. Apenas queda solo en la cocina el trozo de plástico putrefacto e inútil se convierte en un útil objeto para desatascar tuberías. El padre de la casa, Luis, lo coge y consigue desatascar la tubería que tanto había dado por saco, que es para lo que sirven los cepillos de dientes después de estas excitantes metamorfosis, para desatascar tuberías.
La huída
Un hombre se encontraba a si mismo tan poderoso, con tanto dinero, tan guapo que no se enteraba de la vida en familia. Ni compartía el trabajo de casa, ni se responsabilizaba de sus hijos. Cuando llegaba del trabajo se tumbaba en el sofá mientras su mujer trabajaba como una mula. Exigía la cena preparada a las nueve, y si no era así se ponía hecho una furia y toda la culpa iba a la mujer. Por eso un día la mujer se mudó de casa y dejó al marido plantado.





Ella
Un día de Enero, ella, asustada, leyó una nota que estaba en su buzón. Una amenaza, le destrozaría la vida pronto. No sabía qué hacer ni dónde meterse, sus hijos, por el amor de dios ellos tenían que estar a salvo. Fue al colegio, no estaban, puso una denuncia, volvió a su casa, tampoco estaban. De pronto tuvo una intuición, el baño, si, sus hijos estaban en el baño con él. Su terrorífica cara la miraba, sus sucias y horribles manos la cogían, no tenía escapatoria…
La habitación
Contó los días. Eran siete. En el primero, limpió la habitación. El segundo pinto la pared de color rosa clarito. Aprovechó el tercero para instalar la cama y la estantería. El cuarto, instaló el escritorio junto a la otra estantería de encima de la cama. El quinto día colocó la cómoda junto al armario empotrado y la mesita pequeña junto a la estantería. El sexto día puso el colchón e hizo la cama, además también rellenó la estantería de libros y colocó una silla giratoria junto el escritorio. El séptimo día, colocó las persianas en la ventana y acabó de rellenar la habitación con sus pertenencias. El octavo día despertó contenta mirando su habitación, era perfecta.

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